A pesar de llevar todo ese tiempo enterrado bajo el hielo siberiano todavía es infeccioso
04.03.14 - 14:36 -
Un equipo de científicos ha desenterrado y resucitado un
virus gigante que llevaba congelado en el hielo de Siberia más de 30.000
años. El virus tiene una longitud de 1,5 micrómetros de largo, y aunque
no es contagioso para el hombre sí lo es para las amebas. La
investigación ha sido publicada en la revista Nature.
La vuelta a la vida de este virus conservado gracias a las
bajas temperaturas siberianas no es perjudicial para el hombre, pero sin
embargo, los científicos advierten de que el derretimiento del hielo de
la zona sí puede dar lugar a la reaparición de otros virus antiguos,
con riesgos potenciales para la salud humana. El llamado Pithovirus
sibericum, es el más grande jamás encontrado y casi ha sido el resultado
de un reto: cuando los científicos Jean-Michel Claverie y Chantal
Abergel, se enteraron de que científicos rusos habían “resucitado una
antigua planta de frutas enterradas en permafrost siberiano durante
30.000 años pensamos que también sería posible revivir un virus", dicen
los expertos según Europa Press.
Según explican los investigadores, si se observa el
Pithovirus sibericum con un microscopio puede verse un óvalo de pared
gruesa con una abertura en un extremo, tiene una especie de corcho con
una estructura de nido de abeja que tapa su apertura. Se copia a sí
mismo mediante la construcción de réplicas en el citoplasma de su
huésped y se hace cargo del núcleo, como hacen la mayoría de los virus”,
cuentan los científicos. Según explica la agencia de noticias, “sólo
una tercera parte de sus proteínas no guarda ninguna similitud con otros
virus”.
Respecto a la posibilidad de infección, los virus gigantes
no suponen riesgo para la salud humana. No obstante y según Europa
Press, el año pasado una científica francesa, Christelle Desnues,
determinó 5 evidencias de que otro virus gigante, de tipo
Marseillevirus, había infectado a un niño de 11 meses de edad. "Está
claro que los virus gigantes no pueden ser vistos como monstruos
independientes de la naturaleza, ellos constituyen una parte integral de
la biosfera con repercusiones en la diversidad, evolución e incluso la
salud humana", explicó en su momento la investigadora en su estudio
publicado en Nature.
El verdadero peligro, según han manifestado los
científicos, es que al derretirse el hielo del planeta resurgen nuevos
virus. Aunque quizá el auténtico riesgo sea que si a un científico le ha
dado por resucitar virus porque otro descongela frutas, a otro se le
ocurra desenterrar del permafrost un cuerpo más virulento.
A lo mejor, en este aspecto, no es necesario tanto afán de superación.
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