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jueves, 2 de febrero de 2012

Quesada es el epicentro de dos réplicas del terremoto del martes


Un sismógrafo registra actividad producida por terremotos.
José Rodríguez Cámara/Jaén
Dos terremotos, uno a las 9:57:41, de 2,1 grados, y otro a las 13:45:24, de 2,2, sacudieron, ayer por la mañana, Quesada. Fueron réplicas del seísmo que, el martes,  hizo temblar la provincia y tuvo su epicentro en Huesa, a escasos kilómetros. Los dos últimos seísmos, eso sí, apenas inquietaron a la población. El alcalde quesadeño, Manuel Vallejo Laso, lleva dos días hablando con sus vecinos de terremotos, algo que no es normal para él, que no es regidor de un municipio japonés, donde están más acostumbrados a los temblores, sino de un pueblo serrano de Jaén. Pero los acontecimientos mandan y, si el martes tuvo que tranquilizar a sus paisanos, tras un seísmo de 4 grados en la escala Richter, ayer, de nuevo, algunos quesadeños le informaron de que el suelo se había movido de nuevo, aunque menos. Y no eran habladurías. Los ciudadanos llevaban razón. El Instituto Geológico Nacional registró dos pequeños terremotos, con epicentro en el suroeste de Quesada, a las 9:57:41 y a las 13:45:24; el primero, de 2,1 puntos de magnitud y, el segundo, con 2,2, con origen en la misma zona de la Sierra de Cazorla donde está enclavado el municipio quesadeño.
“Hoy (por ayer) lo cierto es que no ha habido apenas alarma. Ayer (por el martes), la gente sí se asustó”, reconoce el alcalde de Quesada, como hacen casi todos los ciudadanos de la provincia que, a las 15:36:22 del 31 de enero, vibraron con el seísmo más importante del siglo en Jaén, con 4 grados Richter de importancia. La “onda expansiva” llegó, de hecho, a Córdoba, Granada, Murcia, Albacete y Ciudad Real, es decir, lo notaron en todas las regiones con las que tiene frontera la provincia jiennense. El movimiento de tierra del martes, con origen a seis kilómetros del subsuelo y a otros tantos sobre la superficie, si se toma como referencia Huesa, llegó a romper espejos y a tirar cacharros al suelo y no solo en la sierra. En ciudades como Baeza hay vecinos que aseguran que escucharon perfectamente “una explosión” para, después, notar cómo vibraba todo bajo sus pies. Por eso, las llamadas de aviso    que recibió el 112, el servicio de emergencias de la Junta, rozaron las trescientas en esa jornada. La Guardia Civil recibió otras tantas, como precisaron fuentes del Cuerpo, aunque fue solo como un repelús, un susto que recorrió la espina dorsal de muchísimos jiennenses desde Segura de la Sierra hasta Lopera, desde Santisteban a Alcalá la Real.
Aunque los terremotos que sacuden la provincia son tan leves que no se pueden predecir, como explican los expertos, lo cierto es que investigadores de la Universidad de Jaén ya habían apreciado estructuras geológicas que evidenciaban la actividad tectónica reciente de la zona donde se ha producido el terremoto, así como de otras regiones de la campiña jiennense. Si se compara con provincias limítrofes, como Granada, la sismicidad jiennense es mucho  menor, sobre todo, al norte de los frentes montañosos de Mágina, la Sierra de Pegalajar, el Aznaitín o la Sierra de Jódar. Eso sí, el lugar del seísmo, cerca de Huesa, está en un área de especial interés geológico en el  ámbito de la Cordillera Bética, como es el Corredor del Guadiana  Menor, una zona donde la existencia de fallas es bien conocida, como la Falla de Tíscar.



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