Olivareros a la greña

Las cooperativas se pelean y el peso andaluz se va diluyendo en SOS.

Da sonrojo este olivar que sólo se pone de acuerdo cuando hay que reclamar ayudas públicas y llorar por sus bajos precios. En cambio, al abordar su entrada en el capital del grupo líder mundial del aceite de oliva, SOS, operación estratégica para la agroindustria andaluza, los productores se enzarzan en polémicas mientras el tiempo corre en su contra.
Tanto que fuentes financieras y de la industria oleícola descartan que alguno de los dos bandos, uno encabezado por Hojiblanca, el otro por Interóleo Picual, uno respaldado por Faeca, el otro por la organización agraria UPA, pueda presentar finalmente una oferta.
El peaje del desembarco en la compañía propietaria de los aceites Carbonell y Koipe asciende a unos 120 millones de euros como mínimo, aunque es intención de la envasadora abrir las puertas a un único inversor que asuma los 200 millones del tramo dinerario de la ampliación de su capital social. No hay cabida, pues, para dos ofertas.
Es mucho dinero, pero ambas partes dicen en público que lo lograrán, aunque en privado ese objetivo suscita serias dudas, hasta el punto de mostrar un claro pesimismo respecto a una operación que dejaría la mayoría del accionariado del grupo SOS en manos andaluzas.
A este riesgo se agregan dos circunstancias. La primera, que no todas la cajas de ahorros con sede social en Andalucía acudirán a la ampliación de capital en metálico, puesto que ya han contribuido lo suyo con el canje de deuda por acciones y la actual coyuntura no es nada propicia para colocar más euros encima de la mesa. Y la segunda, el traspaso de la participación que tiene Cajasur en la aceitera a BBK Bank, filial bancaria de su nueva dueña, la caja de ahorros vizcaína BBK.
En el grupo cooperativo Interóleo aseguran tener financiación ajena a las cajas accionistas (Cajasol, Unicaja, Caja Granada, Cajasur y Caja Madrid). Hojiblanca, mientras, ha negociado con ellas. Pero lo que sí es verdad es que ninguno de los interesados ha acudido aún con una oferta en firme. Es más, desconfían de ella incluso en el mercado oleícola, no sólo por el importe económico de la operación, sino también por las posiciones encontradas que aflorarían en el consejo de administración, productores frente a envasadores, y los precios como centro de la disputa.
Lo que sí es cierto, comentan fuentes de las asociaciones agrarias, es que el olivar se enfrentará cada vez más al problema de los excedentes, con cosechas por encima del millón de toneladas de aceite de oliva e incluso cercanas al millón y medio, y que hay que tener como aliado al líder mundial en la venta envasada, a saber, SOS, para así abrir más caminos internacionales.
En la disputa actual, que tiene visos de no solventarse, también juega su papel la federación de cooperativas Faeca, pues ha mostrado pleno respaldo a su presidente, Antonio Luque, a su vez director gerente de una de las firmas en liza, la malagueña Hojiblanca.
Interóleo acusa a Faeca de haberse puesto "al servicio exclusivo de Hojiblanca y de Luque", mostrando una "deslealtad absoluta" al conjunto de las cooperativas de la comunidad andaluza, al tiempo que asegura que el director gerente de aquélla ha "torpedeado" una "oferta única" regional.
Pero en Faeca entienden que han dado su apoyo a quien puede aglutinar a más productores y tiene más capacidad. Y los días corren.