Si los pronósticos del tiempo no
fallan y llueve el próximo lunes, habrán pasado más de 70 días sin que
caiga una gota en la provincia
13.01.12 - 01:15 - JORGE PASTOR | JAÉN.
Si los pronósticos meteorológicos no fallan, el lunes y
el martes de la semana que viene lloverá. Esto, teóricamente, no debería
ser noticia en enero, uno de los meses más húmedos en Jaén. Pero sí. Lo
es. ¿Por qué? Pues porque habrán pasado setenta y dos días sin caer ni
una mísera gota. Demasiado tiempo para una provincia como la jienense,
cuya economía depende de la agricultura (9,3 por ciento del Producto
Interior Bruto) y de algo tan aleatorio como que las nubes se aposenten
primero sobre nuestras cabezas y segundo que descarguen. Esto estaba
ocurriendo con 'normalidad' en los dos años anteriores, pero no en éste.
Esto es importante por dos motivos. El primero porque venimos de un
periodo 'excedentario'. Tanto es así que este verano fue preciso aliviar
las presas, que en algunos casos bordearon el lleno. Es decir, hay
recursos guardados. Pero esto 'no vale' para el olivar. Es cierto que la
próxima campaña de riego está garantizada -así lo aseguró recientemente
la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir-, pero no es menos
cierto que el olivar necesita los aportes hídricos del otoño y el
invierno, que es la época más provechosa porque se 'almacena' en suelo
(la temperatura es baja y el grado de evaporación es menor), porque se
recupera el caudal de los acuíferos y porque todo ello garantiza el
desarrollo normal del cultivo, y más si tenemos en cuenta que el 60 por
ciento de la superficie olivarera de Jaén es de secano.
Todo esto lo saben perfectamente los aceituneros. Es el
comentario generalizado en las explotaciones durante estos días. «La
cosecha actual perfecta, pero ya veremos la que viene». Según el jefe de
los servicios técnicos de Asaja-Jaén, Cristóbal Gallego, «todavía es
demasiado pronto para dar cifras o estimaciones, pero lo que está claro
es que esta situación perjudica y que poco a poco vamos dejando atrás
los periodos con más lluvia en Jaén». Posteriormente, dice Gallego,
intervienen otros factores, como que haya un tiempo borrascoso durante
la primavera y que se compense el déficit acumulado, como ha ocurrido
otras veces. Una cosa está clara, la efectividad del agua es menor
porque hace más calor y se 'esfuma' antes de que se filtre. Cristóbal
Gallego agrega que los efectos de esta sequedad ya se están notando. «Al
árbol le falta nutrientes y se desfolia», asegura.
Influencia en el mercado
Esta coyuntura también debe analizarse desde el punto de
vista del dinero. Esta campaña está salvada. Se producirán 1.400.000
toneladas (585.0000 en Jaén), a lo que habría que sumar otras 473.900 de
'stock' de enlace. En total, cerca de 1.900.000, una cantidad más que
suficiente para atender la demanda nacional (el pasado ejercicio,
553.700) y sobre todo la internacional (827.900). Y decimos 'sobre todo'
porque, a tenor de los informes que maneja la Agencia para el Aceite de
Oliva, los dos primeros meses del curso están siendo extraordinarios.
En octubre las cooperativas y almazaras enviaron fuera de España un
total de 83.000 toneladas, un 4,7 por ciento más que doce meses atrás. Y
en noviembre, 75.100 toneladas, un 2,5 por ciento más. Una tendencia
que, en función de las salidas diarias, se mantendrá también en
diciembre. El escenario es, por tanto, de oferta alta y precios bajos.
Pero ¿qué pasaría si la oferta fuera baja? Pues que probablemente los
precios serían más altos. Futuribles, en cualquier caso, pero que
históricamente han tenido influencia en los mercados. La cuestión es que
ahora mismo los extras se están vendiendo en origen a 1,83 euros, los
vírgenes a 1,64 euros y los lampantes a 1,55 euros. Unas cotizaciones
que se encuentran muy alejadas del umbral de la rentabilidad, que oscila
entre los 2,20 y los 2,40 euros para la generalidad de las plantaciones
de Jaén (el 90 por ciento de ellas sería inviable sin las ayudas, según
un estudio del Consejo Económico y Social).
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