El kilogramo de virgen extra se
vende en Italia a 2,51 euros en origen, mientras que en España se
comercializa a unos escasos 1,83 euros
24.01.12 - 00:09 - JORGE PASTOR | JAÉN.
Por muy odiosas que resulten las comparaciones, sobre
todo para los que normalmente salen peor parados, siempre vienen bien
para comprobar si hay margen para mejorar o empeorar. En el tema del
aceite de oliva hay mucho que cotejar. Los precios de las diferentes
naciones productoras, por ejemplo. Fijémonos en los extras, que son los
que teóricamente se valoran mejor y aportan más valor añadido para el
agricultor. Pues bien, abróchense los cinturones que vienen curvas.
Mientras que los agricultores italianos están percibiendo 2,51 euros por
kilogramo, los jienenses se tienen que conformar con 1,83 euros. Un 27
por ciento menos. Pero no se crean que los agravios quedan ahí. Si nos
vamos 'un poco' más hacia el Este, hasta Grecia, observamos que,
igualmente, la brecha es ciertamente significativa. Los olivareros
helenos están percibiendo a razón de 2,15 euros por kilogramo. Y la cosa
no queda ahí. Hasta los tunecinos reciben más, 1,88 euros por
kilogramo, con la importante apostilla de que el margen de beneficios es
más amplio porque buena parte de sus explotaciones son superintensivas y
con menos costes.
¿Cómo se explican estas diferencias tan abismales? La
primera razón está clara. En España se producen 1.400.000 toneladas,
mucho más que la suma de las cosechas de Italia, Grecia y Túnez. Aquí
hay más oferta que demanda, mientras que la situación en los otros tres
países es exactamente la contraria. De hecho, ellos -fundamentalmente
Italia- nos compran con fines exportadores. Otro factor es la extrema
atomización de un sector que sólo en Jaén cuenta con 330 fabricantes. Y
que, de dos años a esta parte, está todavía 'más vendido' ante los
apremios de liquidez, lo que se traduce en menor capacidad para
'imponer' tarifas. Y hay un tercer vector que conviene tener en cuenta.
En Italia la cuota de negocio que acapara la línea blanca supone tan
sólo el 17 por ciento, mientras que en España estamos ya en el 65 por
ciento. Esto es clave. Frente a la cultura marquista, aquí los grandes
distribuidores, con sus enseñas propias, utilizan el 'oro verde' como
reclamo, lo que acarrea una devaluación que está haciendo un daño enorme
a los productores.
Mientras tanto, las cotizaciones medias del producto han
mejorado algo en los últimos siete días. El extra se está
comercializando en origen a 1,833 euros por kilogramo, por encima del
límite de almacenamiento (1,779), pero muy por debajo del umbral de
rentabilidad (2,20-2,40 euros). En las otras calidades el escenario es
más preocupante. Tanto en el caso de los vírgenes, que están saliendo a
1,651 euros, como los lampantes, a 1,552 euros, estaríamos por debajo de
los mínimos que significarían la intervención de Bruselas.
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