El olivar de la provincia está afectado por el repilo plomizo
ENFERMEDADES. Hoja del olivo con manchas, en una explotación de la provincia. José PoyatosBuena parte de los olivos de la provincia están afectados por el repilo plomizo, una enfermedad desconocida por la mayoría de los agricultores y que, ahora, es muy frecuente. El hongo proliferó después de dos campañas muy lluviosas y entró 'por sorpresa' en la primavera del año pasado. Basta con dar un paseo por el campo para observar que algo ha cambiado en los olivos. Sucede prácticamente en todos los rincones de la provincia. Las hojas de los árboles se vuelven amarillentas y, al final, muchas acaban por caerse. A los agricultores que realizan las labores diarias en las explotaciones les comienza a invadir la duda. “Aquí ocurre algo extraño”, piensan. Algunos consideran que esa hoja amarilla es algo “normal”, puesto que el árbol tiene que renovarse, pero, en este caso, no es así. Y la razón, como argumenta la ingeniero agrónomo Francisca Gutiérrez, es que, este año, llegó a la provincia una enfermedad que hacía tiempo que no se observaba con frecuencia en el olivar. Se trata de una variedad de los repilos, denominada emplomado o plomizo. La experta precisa que se encuentra muy extendida y que, curiosamente, no viene de ahora. “Hemos tenido unos años muy lluviosos y con bastante humedad, y el hongo que origina esta enfermedad —‘pseudocercospora cladosporioides’— ha proliferado”, indica, y añade: “Eran condiciones favorables para su desarrollo, y viene de la primavera del año pasado”. De hecho, se calcula que alrededor del 50 por ciento de esas hojas amarillentas no son por necesidad de renovación, sino porque se encuentran afectadas por el repilo plomizo, y sobre todo se da en la variedad picual.
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