Los ingresos de los empresarios que
viven de las ferias han caído un 50% por los recortes de ayuntamientos y
por la caída generalizada del consumo
30.07.12 - 01:09 -JORGE GARCÍA |
Las ferias han dejado de ser sinónimo de negocio y de
oportunidad de empleo. La difícil situación económica de los
ayuntamientos españoles y de las familias está provocando que las
empresas cuya actividad se desarrolla durante estos eventos festivos
hayan visto como se ha reducido considerablemente su facturación. Los
feriantes aseguran que nunca han vivido una temporada peor como la
actual y es que las recaudaciones han caído en torno al 45 y 50 por
ciento en comparación con el pasado año. Así lo afirma Andrés Vico,
presidente de la Asociación Provincial de Industriales Feriantes de
Jaén.
«No se hace un duro en ninguna feria», lamenta el
presidente del gremio de feriantes. «La gente no responde, no gasta, no
se ve la alegría que había antes en las fiestas. No hay nada de
movimiento, estamos para que nos den un tiro», añade. Y es que, a la
bajada de los ingresos se ha unido un aumento de los gastos que tienen
que soportar los feriantes.
Así, el presidente del gremio destaca el incremento en el
pago por la ocupación del suelo en los distintos recintos feriales, un
aumento que en la mayoría de los municipios es el equivalente a la
subida del IPC. «También ha subido el gasoil y especialmente la factura
de la luz. Con estos gastos, más los salarios y los seguros sociales, es
que no nos queda nada. El empresario que pueda soportar esta racha tan
mala será digno de estudio», recalca Andrés Vico.
El feriante jienense se encuentra estos días en la feria
de La Línea de la Concepción, en la provincia de Cádiz, con su puesto de
hamburguesería en el que emplea a cinco trabajadores. Asegura que ya no
puede prescindir de más empleados si quiere un correcto funcionamiento
del negocio. Sin embargo, lamenta la escasez de ingresos: «Estamos
haciendo unos 190 euros cada día, que es menos de la mitad de lo que
ingresaba diariamente el pasado año, ¿cómo se puede hacer frente a
salarios y gastos con estas recaudación?».
Una de las tendencias que los feriantes están siguiendo
para combatir la crisis es la de asistir a la ferias de mayor duración.
«No es lo mismo una feria de cinco días que una que se prolongue durante
una semana o más. Esos días que trabajamos de más son dinero», asegura
Vico. El empresario no cesa en insistir que la caída de las ventas es
más notable en esta temporada que en los años anteriores en los que ya
habían descendido los ingresos de los feriantes por la crisis económica.
Cierres
«El tema más preocupante es el de cuántos feriantes vamos
a sobrevivir a esta temporada tan mala», remarca Andrés Vico. Son
muchos los empresarios jienenses de este sector que se han visto
abocados al cierre desde el inicio de la crisis económica. El presidente
del gremio de feriantes pone sobre la mesa cifras que muestran la
dramática situación que vive este sector. 70 empresarios de la
asociación de feriantes jienenses han abandonado su actividad sólo en
los últimos dos años como consecuencia de la crisis económica. «Son
empresas que han cerrado porque ya no podían soportar la cantidad de
gastos que tenían y sin apenas tener ingresos», subraya Vico.
Los recortes que los ayuntamientos están aplicando en la
celebración de sus ferias y fiestas influyen directamente en la
actividad de los feriantes. Así, el presidente de la patronal del sector
asegura que medidas como la reducción o eliminación de alumbrados, la
supresión de actividades o de conciertos hacen que las ferias sean menos
atractivas para los ciudadanos y que, por tanto, acudan menos a los
recintos feriales. «Y los que acuden recortan el presupuesto por los
problemas de finanzas que están padeciendo las familias», recalca.
Orquestas
Los músicos son otro de los gremios más perjudicados por
los recortes aplicados por los ayuntamientos en las ferias y fiestas. La
mayoría de las orquestas que amenizan las verbenas durante los días
festivos han visto cómo el número de actuaciones se ha reducido en un
50% en comparación con la temporada del año pasado. Pero a la
disminución de fechas se le ha unido también una rebaja del caché que
reciben en un 20% debido, precisamente, a que la situación de las arcas
municipales no permiten pagar las tarifas que hasta ahora tenían fijadas
las orquestas.
«Si queremos trabajar, tenemos que bajar los precios»,
señala Encarna Molina, representante de la orquesta linarense Zócalo.
«El problema principal es que, además de bajar el caché y de tener menos
actuaciones, soportamos más gastos como la subida del gasoil, además de
los salarios y la seguridad social de los músicos y eso ha hecho que
nuestros ingresos hayan descendido considerablemente».
La orquesta Zócalo tiene programadas unas cuarenta
actuaciones para esta temporada por toda España (entre mayo y
septiembre) y esa cifra supone menos de la mitad que las 90 que
realizaban de media por el país hasta hace unos años. Encarna Molina
asegura que nunca han vivido una situación tan crítica como la actual en
los 31 años de historia de la orquesta Zócalo. «Es una barbaridad el
descenso de la contrataciones por parte de los ayuntamientos. Con este
panorama, hay muchas orquestas que no podrán continuar», recalca Molina.
Zócalo cuenta con diez integrantes que viven
exclusivamente de su trabajo en la formación musical. «No hay día que no
se nos pase por la cabeza que quizás el grupo tenga que desaparecer
como la situación continúe así», señala la representante.
Aunque este año no han sido todo malas noticias para esta
orquesta porque se ha solucionado uno de los problemas más graves que
padecían como era el impago por parte de varios Ayuntamientos. El pan de
pago a proveedores aprobado por el Gobierno ha puesto remedio a esta
situación. «Todos los ayuntamientos que nos debían dinero nos han
pagado, por lo que, a pesar del descenso de conciertos, este año
disfrutamos de cierto respiro gracias a esa inyección económica»,
resalta Encarna Molina.
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