Los puntos sobre las íes
Todo el mundo esperaba que la noticia se hiciera pública más pronto que tarde. Según el sistema Pool-Red, el aceite virgen se cotizó en las semanas 36 y 37 del calendario por debajo de esos 1,71 euros que, según la Organización Común de Mercado, marcan la activación ‘automática’ del almacenamiento privado. Sólo faltaba que la Comisión Europea, avisada por España de lo que estaba sucediendo –la comunicación se llevó a cabo el 19 de septiembre–, dijera que ‘sí’. Y eso fue, exactamente, lo que sucedió ayer a primera hora de la tarde. El comisario de Agricultura, Dacian Ciolos, hizo pública la decisión de conceder ayudas para que se retiren 100.000 toneladas de virgen –no de lampante ni de extra– durante un periodo de seis meses. ¿Qué se persigue? Pues ‘intervenir’ en el mercado propiciando una reducción de la oferta para que el producto suba de precio y los agricultores puedan compensar las fuertes pérdidas que vienen sufriendo desde hace tres campañas.
Ésta es la teoría. Pero la práctica es bien distinta. Si nos atenemos a los volúmenes de cosecha en Europa –la medida se aplica para todos los países olivareros–, 100.000 toneladas realmente ‘no son nada’. Ahora bien, el solo anuncio de que habrá 100.000 toneladas menos tiene una serie de consecuencias ‘ilógicas’ que son las que realmente desencadenan la apreciación del aceite. Por lo pronto, las cooperativas y las almazaras industriales venden lo justo y necesario –muchas están supeditadas a contratos de abastecimiento–. Éste es el auténtico déficit de oferta. Los cinco grandes compradores, acostumbrados a imponer sus condiciones, empezarán a tener dificultades de aprovisionamiento. Durante cuatro o cinco semanas podrán tirar con las 70.000 toneladas que tienen guardadas en estos momentos, pero después tendrán que abrir el puño. Eso fue exactamente lo que sucedió en 2009, la última vez que se aprobó el almacenamiento. El aceite se encareció un 40 por ciento en pocos meses. Lo mismo que se rebajó una vez ‘diluido’ ese efecto psicológico inicial. Y así hasta hoy. Es decir, estamos nuevamente ante una salida cortoplacista, pensada para coyunturas excepcionales y que no ataca la raíz del problema: la enorme debilidad que implica la atomización del sector productor frente a los cinco grandes distribuidores –y sus respectivas marcas blancas–.
La previsión es que, una vez que la Comisión ha dado sus bendiciones, el procedimiento administrativo se pondrá en marcha tras el Comité de Gestión que se celebrará el 13 de octubre. Después pasarán otras tres o cuatro semanas hasta que las primeras partidas se retiren de la circulación –en 2009 se retuvieron unas 36.000 toneladas–. Mientras tanto, los más probable es que el virgen ya valga más, pero también el extra y el lampante, otro de los ‘fenómenos’ inexplicables del almacenamiento. Según ha podido saber este periódico, el pasado miércoles, ante los rumores que llegaban desde Bruselas, había corredores que ofrecían diez céntimos más por un kilo de virgen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario