Viernes, 09 de Diciembre de 2011 12:53 Diario JAEN NOTICIAS PROVINCIALES
El sonido de un tambor anuncia, cada año, en Cambil, la Navidad. Su arraigada 'tambora', la armonía dulce de sencillos villancicos y el tintineo de los platillos de unas panderetas llenaron de tradición y de calor la fría noche de diciembre en este pueblo enclavado en Mágina. La Virgen de la Aurora es la partitura y la tambora, el instrumento que canaliza el fervor y la tradición cada 7 de diciembre en el municipio de Cambil. Un año más, y fieles a una cita que solivianta a todos los vecinos y atrae a extraños, la nota de un tambor, en manos de Antonio Gámiz, “Antoñuelo”, y los villancicos del coro rociero “Cantares de Mágina” llenaron de alegría el salón Fas y, después y hasta las dos y media de la madrugada, las calles de este bello pueblo serrano. Bajo la batuta de la asociación cultural La Tambora, y con la colaboración del Ayuntamiento, la Asociación de Desarrollo Rural de Sierra Mágina y por la Caja Rural de Jaén, decenas de vecinos plantaron cara al frío de la noche de diciembre y recogieron a la Virgen de la Aurora en su ermita para trasladarla, luego, a la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, donde se celebró una eucaristía. Pero la fiesta de La Tambora no acabó aquí. Si bien es cierto que lo de pasar la noche en vela recorriendo las calles hasta la llegada del nuevo día para comer el tradicional guiso de habichuelas ya ha quedado atrás, porque el cuerpo pide descanso, la degustación del potaje animó a unos sesenta vecinos, que se reunieron en el Hostal Los Castillos, ayer, alrededor de las dos de la tarde, como indicó la presidenta de la asociación, Simona Morales. Juntos dieron forma a una tradición y también a la esencia de la Navidad, la paz y la convivencia.
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