Enrique Alonso/JaénLas cooperativas y almazaras declaran ahora la producción de aceite de oliva de noviembre al Ministerio de Medio Rural. Aún no hay cifras oficiales —estarán a mediados de mes—, pero a nadie escapa que la recolección marcha 'a ritmo de vértigo'. Los tajos 'vuelan' por los olivares.
La apuesta por la calidad acelera la velocidad de la campaña de recogida de la aceituna. Por el momento, los olivareros se han encontrado pocas dificultades meteorológicas, lo que hace que el campo esté perfecto para faenar a “paso ligero”. Desde el 22 de noviembre, no llueve en la capital ni en su provincia, lo que hace que, en las últimas semanas, se haya llevado miles de toneladas de aceituna a las cooperativas y almazaras. Además, los productores saben que si son “de vuelo” —cogidas directamente del árbol— valen más, lo que aumenta el ansia por correr para obtener más rentabilidad en un campo que no está sobrado de ella.
También existen más factores que “echan más gasolina al motor”. Sobra mano de obra, lo que permite disponer de jornaleros según las necesidades del terreno. Como no ha llovido, la maquinaria trabaja “a placer”. Asimismo, la experiencia de años pasados, en los que la recolección estuvo parada durante unas semanas que se hicieron interminables aún, queda en el recuerdo, lo que conlleva que entre los agricultores circule esta idea: “Vamos a coger ahora que se puede por si luego llueve”.
Las cooperativas y almazaras también adelantan la apertura y premian económicamente a los productores que traen aceitunas con posibilidades de dar aceites extras, que son las que aún no han tocado el suelo y tienen variedad cromática en el remolque. Las cuadrillas aún están lejos del ecuador de la recolección, pero si se mantienen estas condiciones llegarán bastante pronto.
si llueve, se complica. Los “vientos” favorables para “navegar” a “toda máquina” soplarán hasta que las nubes quieran. En cuanto que la meteorología traiga agua, las condiciones cambiarán. Los olivareros saben que, si llueve, habrá aceituna que caerá al suelo, lo que dificultará su apuesta por la calidad y hará más laboriosa la recolección. Asimismo, la maquinaria tendrá más dificultades para acceder a las explotaciones. Los sindicatos UGT y CC OO insisten en la formación y la supervisión de las medidas de seguridad, ya que están convencidos de que los ritmos de trabajo rápidos —exigidos casi por el mercado que quiere aceite bueno y barato— son una gran amenaza para los trabajadores, que se ganan el jornal rodeados de maquinaria y con mucha presión para agilizar la marcha, lo que se erige como un factor de riesgo para que surjan accidentes laborales en los tajos.
El puente ha favorecido la incorporación de familiares, que han acudido al campo a “echar una mano”. La mayoría volverá los fines de semana. Jaén generó más aceite que nunca en octubre y parece que hizo lo mismo en noviembre —a falta de las cifras oficiales—. Diciembre copará el “grueso” y enero casi finiquitará la campaña a falta de algún resto en febrero. El ritmo va más rápido siempre que se cumpla el proverbio taurino “si el tiempo no lo impide”.
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