La plataforma 'Democracia real ya' consiguió reunir ayer a unas 500 personas contra el sistema político y bancario actual
16.05.11 - 02:05 -L. CÁDIZ | JAÉN.
Ni la manifestación del Primero de Mayo, ni la del Día de la Mujer, ni la mayoría de las que se han organizado en Jaén de unos años a esta parte (a excepción de la del olivar), ha conseguido tener tanto éxito como la que tuvo ayer la organizada por una plataforma prácticamente desconocida, la de 'Democracia real ya'.
El éxito vino por la combinación de elementos. Por un lado, el lema, que no dejó indiferente a nadie y con el que demasiada gente se siente identificada: «No somos mercancía en manos de políticos y banqueros». Y por otro, una convocatoria que ha sabido moverse dentro de las redes sociales. En total, en torno a medio millar de personas se presentaron ayer en la plaza de los Jardinillos, a las seis de la tarde y a pesar de ser domingo y de que caían cerca de treinta grados.
No faltaron pancartas, lemas y variedad en el tipo de gente. Desde familias a gente mayor, pero sobre todo y principalmente, gente joven. Una de las manifestaciones con más éxito de público de cuantas se han hecho en la ciudad y la inmensa mayoría de los asistentes eran gente joven. Quizás la clave esté en que no la organizaba ningún partido político, sindicato...
Sin signo político
La plataforma ha dejado claro que está desprovista de signo político o sindical alguno y que la convocatoria está promovida por desempleados, desahuciados, autónomos, trabajadores, amas de casa, estudiantes y jubilados «unidos contra el abuso que la clase política ha consentido y que está entorpeciendo aún más la superación de esta crisis».
Entre los organizadores se pudo ver a miembros de otros movimientos como el de 'Que hay de lo mío', formado por gente del mundo de la cultura y que reclaman al Ayuntamiento de Jaén el pago de las deudas que mantiene con empresas de este sector, o a los del movimiento Anonymus. Y entre los presentes, a cargos públicos de Izquierda Unida, lo que no terminó de gustar a quien defendía que era una manifestación contra, entre otras cosas, los políticos.
«Somos gente normal, gente que se levanta cada mañana para estudiar, trabajar o buscar trabajo. Unos tenemos ideologías más conservadoras, otros más progresistas, pero todos estamos indignados con la sociedad actual... La democracia parte del pueblo, pero la mayor parte de la clase política ni siquiera nos escucha». «Somos personas, no productos del mercado, no soy lo que compro, cómo lo compro y a quién lo compro».
Como buena manifestación que se precie, durante el recorrido, que pasó por la calle Bernabé Soriano y acabó en la plaza de la Concordia, hubo animación musical, de disfraces e incluso un lagarto con un lema claro: «Despilfarro y deuda municipal, reventón cultural».
Llevo años lamentando que la juventud pase de todo, incluso de la política. Al ver el movimiento "15 mayo", pensé que salían del letargo y me alegré.
ResponderEliminarAl leer este artículo me surgen dudas de si lo que dicen es real. Se necesita gente que se desmarque de los partidos que hay, tome lo mejor de cada uno sin pagar precio, sin alianzas con nadie. Sin buscar protagonismo, ni desenterrar el pasado, tampoco justificar a nadie, sólo devolver esperanza a nuestro pueblo de que es posible vivir bien, sin miedos ni angustias..
No creo en la agresividad, la mala educación, el gamberrismo, invadir lo público y causar molestias.
En todo grupo es necesario que salga el cabeza y, sale.
Que se le cuestione todo aquello que no sea limpiar esta sociedad de corrupción, de avasallamiento de los derechos del otro y escurrir el hombro de los deberes.
Que en lo público sólo se manifieste lo que es común a todos y en lo privado las manifestaciones que pueden herir al resto. Salen tantas leyes para defender peculiaridades que ya no nos queda nada común como seres humanos. Tenemos la ley del “todo vale” y genera tantas que vivimos ahogados por ellas.
Que nadie explote a nadie, ni se haga rico a costa del otro.
Que se premie la responsabilidad en el trabajo, no la capacidad, y se penalice le evasión.
Que se empleen recursos en la educación e instrucción. Y se den oportunidades de desarrollo a los que no deseen estudiar, ya desde los primeros estudios.
Abogo por un cambio que la defensa de lo privado no ahogue lo propio de ser humano y social.
La sociedad de los erizos es estar tan cerca que llegue el calor de unos a otros y mantener una distancia que no se pinchen con lo propio.