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miércoles, 13 de marzo de 2013

El precio del aceite sigue sin aliviar el desastre en la cosecha oleícola


calidad. Línea de embotellado en una aceitera jiennense.
Enrique Alonso /Jaén
No hay consuelo. Ni siquiera alivio. Las familias olivareras de la provincia ven que su aceite no vale lo que esperaban que costara cuando se percataron que casi no había aceitunas en su olivar. El precio no remonta. De hecho, en los últimos días ha tenido una leve tendencia descendente. A 2,84 euros se vende el kilo de aceite de oliva virgen extra en los contratos que se firman a granel. Raro, inesperado y casi inexplicable si se tiene en cuenta que Jaén —la alcuza del mundo, que cosecha hasta el 19% de la producción mundial— pasará de 680.000 toneladas a alrededor de 140.000. El mercado está tenso, pero no repercute en la cotización del producto. Se debe a que se ha vuelto mucho más complicado. Poca cosecha de aceite de oliva y más cotización han dejado su relación causa-efecto inmediata. Aún una depende de la otra, pero no con tanta claridad.
Los operadores —sobre todo los que venden— explican que hay necesidad de cambiar el aceite por dinero cuanto antes. Por ello, pese a que muchas familias olivareras intuyen que el producto ha de tender a subir, prefieren cerrar la operación de comercialización y cobrar el dinero. Hay necesidades en los pueblos debido a la depresión económica. Lo mismo le pasa a algunas empresas, que cuentan con problemas de financiación que resuelven con un acuerdo para que baje el nivel de la bodega y entren euros en la caja fuerte.
No obstante, el mercado aún tiene más claves. Hay cooperativas y almazaras que tienen acuerdos con envasadores y distribuidores con precios cerrados o que dependen de la cotización media. Y así se alivia mucha tensión en el mercado o, dicho de otro modo, hay aceite sin entrar en una lucha por el precio. Estos productores prefieren sacar el producto algo más barato y conservar el acuerdo comercial a entrar en una “guerra” de precios que rompa la relación de entendimiento, lo que será perjudicial en una campaña abundante en producción.

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