Se trata de los restos fósiles de
vertebrados más antiguos que se han encontrado en Andalucía y por tanto
de un hallazgo científico muy valioso
11.03.13 - 12:40 - EFE | JAÉN
El geólogo de la Universidad de Jaén (UJA) Matías Reolid ha
descubierto restos óseos con más de 230 millones de años que pertenecen
a tres especies de reptiles marinos, Nothosaurios en su mayoría, en el
área que va desde el municipio de Puente de Génave (Jaén) hasta
Bienservida (Albacete).
Se trata de los restos fósiles de vertebrados más antiguos
que se han encontrado en Andalucía y por tanto de un hallazgo científico
muy valioso para conocer el pasado más remoto de esta región, según ha
explicado, en un comunicado de la UJA, el paleontólogo.
"El análisis de estos fósiles y de los materiales en los
que se encuentran ha revelado que en esta zona se produjo una inundación
catastrófica en el Triásico, probablemente provocada por un tsunami o
un huracán", en base al estado de los huesos descubiertos y a las
estructuras que presenta la capa de caliza en la que se encuentran.
El investigador añade que el contenido fósil y los rasgos
geoquímicos corroboran la existencia de este evento de inundación
catastrófica, el cual se produjo en un área emergida próxima al mar
donde fueron arrastrados y depositados selectivamente los huesos de
estos reptiles marinos que vivieron durante el Triásico.
La mayoría de los restos óseos han sido hallados en el área
de Villarodrigo y Las Atalayas, en la provincia de Jaén, sobre todo
vértebras y costillas, y en menor medida fragmentos de pelvis, húmeros y
elementos craneales que pertenecen a tres géneros de reptiles marinos,
Nothosaurus, Simosaurus y Placodus.
"Los nothosaurios podían alcanzar los tres metros de
longitud y solían vivir en zonas costeras, tenían los dientes muy largos
y se alimentaban de peces", explica el experto, que destaca que es
importante no confundir estos reptiles con dinosaurios.
Reolid es el responsable de una investigación en la que han
colaborado expertos de la Universidad de Hamburgo y de la Universidad
de Bristol, y en la que han contado con el apoyo de la Fundación
Patrimonio Sierra de Segura, cuyos resultados han sido publicados
recientemente en la revista internacional FACIES.
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