Ningún país de nuestro entorno ha
sufrido un retroceso tan acusado del sistema de bienestar, según el
informe realizado por la Fundación Alternativas
17.03.13 - 07:38 - MIGUEL SALVATIERRA | MADRID
La desigualdad social crece más en España que en otros
países de nuestro entorno con especial incidencia en jóvenes, mujeres e
inmigrantes por el tipo de empleo que tienen: más vulnerable, más
temporal y peor pagado. Las distancias entre ricos y pobres y la
diferencia de ingresos nunca habían sido tan amplias en los últimos
años. Esta son algunas de las principales conclusiones del primer Informe sobre la Desigualdad en España 2013 realizado por la Fundación Alternativas y dirigido por el catedrático Jesús Ruiz- Huerta.
Lectura política
Una de las lecturas de los datos señala a la falta de
equidad en la base de la mala relación de la ciudadanía con la clase
política y de su creciente desafección, tal como reflejan las encuestas del CIS. Tras Lituania y Bulgaria, España sería el país menos igualitario.
En el repaso que se realiza en el informe sobre algunos
países, una de las conclusiones de mayor relevancia es la que se refiere
a la gran acumulación de ingresos que se produce entre los sectores con
mayor capacidad económica. Según datos de la OCDE, el 1% más rico de
Estados Unidos pasó de controlar el 8% de los ingresos totales, antes de
impuestos y trasferencias, al 18% entre 1980 y 2008. En el Reino Unido,
el mismo indicador entre los años setenta y 2005, implicó un aumento
desde el 7,1% al 14,3%. En otros países, como Francia, la evolución no
fue tan acentuada aunque los porcentajes de ingresos fueran elevados. En
el país vecino el indicador se mantuvo en el entorno del 8% entre los
años ochenta y dos mil.
En este marco, España presenta un caso singular, ya que
mientras en los años ochenta en buena parte de los países de la OCDE
aumentaron las diferencias de renta entre hogares, la desigualdad
disminuyó en nuestro país. Por el contrario, la etapa de bonanza
económica, que se prolongó desde mediados de los noventa hasta el inicio
de la crisis, apenas albergó avances en la distribución de renta en
España, aunque hubo mayor extensión del empleo de bajos salarios y se
redujeron las diferencias salariales, fruto sobre todo de la burbuja
inmobiliaria.
Caída de las rentas más bajas
Como ha señalado uno de los autores de la investigación,
Luis Ayala: "El crecimiento de la renta media no sirvió ni para
estrechar las diferencias de renta entre los hogares ni para aliviar el
riesgo de pobreza de una proporción considerable de la población".
Según el informe, la crisis ha provocado en nuestro país un
hundimiento en términos reales de las rentas más bajas mientras que las
medias se han sostenido y las altas han seguido creciendo. Este perfil tan regresivo no se habría producido en ningún otro país europeo.
Los recortes con especial efecto en sanidad, educación y
prestaciones sociales habrían acentuado las carencias de esos sectores
más vulnerables. Con vista al futuro, los autores del informe no son
nada optimistas al señalar que niveles mejores de empleo no significan
que recuperemos los índices de equidad social. También se hace hincapié
en que las sociedades más igualitarias son además más eficaces
económicamente y menos corruptas.
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