10.11.11 - 08:15 -REDACCIÓN / AGENCIAS | BRUSELAS / BERLIN
Funcionarios de Alemania y Francia están explorando una
reorganización radical de la Unión Europea para hacerla más pequeña e
integrada, en un esfuerzo para asegurar el futuro de la moneda común,
dijeron fuentes de la UE a la agencia Reuters. Angela Merkel y Nicolas
Sarkozy, los dos líderes con más peso en la UE no esconden ya sus deseos
de rediseñar la eurozona ante la dificultad para hallar salidas a la
actual crisis por medio de simples medidas de ajuste y austeridad. La
canciller alemana, durante los actos conmemorativos del 22 aniversario
de la caída del Muro de Berlín, dijo ayer que ha llegado el momento de
"realizar cambios en profundidad, también en los tratados de la Unión,
para avanzar hacia una nueva Europa" que permita al Viejo Continente
sobrevivir.
El presidente francés, Sarkozy, mantiene por su parte un
discurso más formal en apariencia, pero su círculo más próximo admite
que se baraja la idea de una Europa a dos velocidades, o incluso dos
Europas, ya que el eje franco-alemán estudia la posibilidad de plantear
un núcleo duro de países del euro a modo de federación, y con menos de
los diecisiete socios actuales, y un segundo grupo de países fuera de la
moneda única, con caracteres de confederación.
Pero las conversaciones entre legisladores en París,
Berlín y Bruselas van sustancialmente más allá, previendo la posibilidad
de que uno o más países abandonen la zona euro, antes de que los que se
queden profundicen la integración económica, incluso en política
impositiva y fiscal. "Francia y Alemania han mantenido intensas
consultas sobre este asunto en los últimos meses, a todos los niveles",
dijo a Reuters un alto cargo de la UE en Bruselas, hablando con la
condición de anonimato debido a la sensibilidad de las negociaciones.
Mucho cuidado
"Tenemos que movernos con mucho cuidado, pero la verdad
es que necesitamos establecer exactamente la lista de aquellos que no
quieren ser parte del club, y de aquellos que, sencillamente, no pueden
serlo", agregó. Tales medidas encuentran oposición en muchos países de
la UE cuyo apoyo es necesario para cualquier modificación a los tratados
del bloque, lo que dificulta el acuerdo.
El tabú de que un país deje la unión monetaria de 17
países fue dejado de lado la semana pasada en la cumbre del G-20 en
Cannes, Francia, cuando la canciller alemana, Angela Merkel, y Sarkozy
efectivamente dijeron que Grecia podría tener que dejar la zona euro si
esto era necesario para mantener la estabilidad a largo plazo del área.
Sin embargo, las últimas conversaciones entre autoridades europeas
apuntan a una reevaluación más fundamental del proyecto del euro ya
lleva 12 años -incluyendo qué países y qué políticas se necesitan para
mantenerlo fuerte y estable- antes de que la crisis de deuda soberana lo
destruya por completo.
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