Miembros
históricos y asesinos sanguinarios. El Centro Penitenciario de Jaén
custodia a quince presos de la banda terrorista ETA, la cifra más alta
en sus diecinueve años de historia. Según ha podido saber Diario JAEN,
en el momento del anuncio del cese definitivo de la violencia, estaban
en sus celdas, aislados de los demás, por lo que no tuvieron acceso a la
noticia.
La política del Gobierno es, desde hace unos años, acercar al País Vasco a aquellos presos que se apartan de la férrea disciplina de la banda terrorista ETA, mientras que, por otro lado, aleja a los más radicales. El Centro Penitenciario de Jaén acoge a quince de estos convictos, una cifra que se podría decir que es histórica en sus años de funcionamiento. Desde enero de 2011 han sido el mismo número —quince— pero no las mismas caras ya que, por ejemplo, José María Sagarduy Moja, salió este año. Alias “Gatza”, llevaba más de treinta años entre rejas. Fue un preso muy conflictivo, uno de los pocos miembros de ETA que intentó una fuga. Por el contrario, entraron otros, como Iñigo Zapirain Romano. De esta manera, han ido llegando unos y saliendo otros, aunque el grueso permanece todavía en el centro.
De esta manera, históricos y no tanto de ETA pasan sus días a la sombra en Jaén. Uno de los presos es Mattin Sarasola Yarzabal, miembro del comando que hizo volar la terminal T-4 del Aeropuerto de Barajas, un atentado con dos víctimas y que rompió la tregua decretada en 2006. Junto a él está encerrado Jesús María Zabarte Arregui. Se le conoce como el “carnicero de Mondragón”. Fue detenido en 1984. Se le imputan 20 atentados y 17 víctimas mortales. Llegó a Jaén en mayo de 2010. Otro de los reclusos que custodia el centro penitenciario jiennense es José María Arregi Erostarbe, alias “Fitipaldi”. Fue detenido en 1992 en Bidart (Francia), en una operación en la que cayó la cúpula de la banda terrorista. Todo este listado, así como el del resto de presos distribuidos por España, Portugal, Francia, Irlanda, Inglaterra o México, se puede consultar en la página web de la asociación de presos vascos Etxerat, que está actualizada a fecha 19 de septiembre de este mismo año.
La noticia del cese definitivo de la violencia tras 43 años no generó reacción alguna. Según explicaron fuentes penitenciarias, a la hora en la que se hizo público el comunicado —las siete de la tarde— los quince presos, todos ellos de primer grado, estaban en su corredor, aislado del resto. Por este motivo no se enteraron de lo ocurrido y no lo harán hasta hoy. De todas formas, en la prisión no pasó nada significativo ante la decisión de la banda terrorista de romper con cerca de medio siglo de violencia.
día a día. Los internos pasan prácticamente todo la jornada en sus celdas, viendo la televisión, escribiendo o leyendo el diario “Gara”, que les llega prácticamente todos los días. Su participación en la vida de la prisión es escasa. Solo algunos practican deporte cuando pueden o estudian alguna carrera. No tiene costumbre de relacionarse con el resto de presos pero tampoco generan problemas. Esperanza Calzado /Jaén
La política del Gobierno es, desde hace unos años, acercar al País Vasco a aquellos presos que se apartan de la férrea disciplina de la banda terrorista ETA, mientras que, por otro lado, aleja a los más radicales. El Centro Penitenciario de Jaén acoge a quince de estos convictos, una cifra que se podría decir que es histórica en sus años de funcionamiento. Desde enero de 2011 han sido el mismo número —quince— pero no las mismas caras ya que, por ejemplo, José María Sagarduy Moja, salió este año. Alias “Gatza”, llevaba más de treinta años entre rejas. Fue un preso muy conflictivo, uno de los pocos miembros de ETA que intentó una fuga. Por el contrario, entraron otros, como Iñigo Zapirain Romano. De esta manera, han ido llegando unos y saliendo otros, aunque el grueso permanece todavía en el centro.
Picar en la imagen para ampliar.De esta manera, históricos y no tanto de ETA pasan sus días a la sombra en Jaén. Uno de los presos es Mattin Sarasola Yarzabal, miembro del comando que hizo volar la terminal T-4 del Aeropuerto de Barajas, un atentado con dos víctimas y que rompió la tregua decretada en 2006. Junto a él está encerrado Jesús María Zabarte Arregui. Se le conoce como el “carnicero de Mondragón”. Fue detenido en 1984. Se le imputan 20 atentados y 17 víctimas mortales. Llegó a Jaén en mayo de 2010. Otro de los reclusos que custodia el centro penitenciario jiennense es José María Arregi Erostarbe, alias “Fitipaldi”. Fue detenido en 1992 en Bidart (Francia), en una operación en la que cayó la cúpula de la banda terrorista. Todo este listado, así como el del resto de presos distribuidos por España, Portugal, Francia, Irlanda, Inglaterra o México, se puede consultar en la página web de la asociación de presos vascos Etxerat, que está actualizada a fecha 19 de septiembre de este mismo año.
La noticia del cese definitivo de la violencia tras 43 años no generó reacción alguna. Según explicaron fuentes penitenciarias, a la hora en la que se hizo público el comunicado —las siete de la tarde— los quince presos, todos ellos de primer grado, estaban en su corredor, aislado del resto. Por este motivo no se enteraron de lo ocurrido y no lo harán hasta hoy. De todas formas, en la prisión no pasó nada significativo ante la decisión de la banda terrorista de romper con cerca de medio siglo de violencia.
día a día. Los internos pasan prácticamente todo la jornada en sus celdas, viendo la televisión, escribiendo o leyendo el diario “Gara”, que les llega prácticamente todos los días. Su participación en la vida de la prisión es escasa. Solo algunos practican deporte cuando pueden o estudian alguna carrera. No tiene costumbre de relacionarse con el resto de presos pero tampoco generan problemas. Esperanza Calzado /Jaén
No hay comentarios:
Publicar un comentario