Se estima que este año 2012 harán las maletas unos 15.600 jienenses, una cifra que no compensa los 7.900 que vendrán a Jaén
17.10.12 - 01:14 -
JORGE PASTOR EN TWITTER @JORGEPASTORS | JAÉN.
Los expertos acuden periódicamente a una serie de
variables para chequear la salud de la economía. Producto Interior
Bruto, desempleo, matriculaciones de automóviles, consumo de energía...
todas sirven, con más o menos matices, para resolver si vamos a mejor o a
peor. Pero el principal indicador, el que mejor evidencia cómo va 'la
cosa', es la población. Cuestión subsistencia: si la gente tiene para
comer se queda y si la gente no tiene para comer se va. Por eso las
cifras proporcionadas ayer por el Instituto Nacional de Estadística
(INE) han causado tanto revuelo. Porque ponen negro sobre blanco el
complicado momento que atraviesa España, que está motivando que familias
enteras hagan las maletas y se marchen en busca de mejor fortuna -en
muchos casos, al extranjero-. En Jaén, con el segundo índice de paro más
elevado de España (37,2 por ciento), la situación es sencillamente
alarmante. El INE estima que a fecha de 1 de octubre los 97 municipios
jienenses sumaban un total de 647.053 habitantes. Pues bien, hace un año
se contabilizaban 653.317. Se han perdido, por tanto, 6.264 residentes.
Dentro de Andalucía, tan sólo Córdoba presenta una evolución negativa
como Jaén, aunque mucho más contenida (-726).
Dos factores para entender lo que está ocurriendo. El
crecimiento vegetativo, resultado de restar los que nacen a los que
mueren, sigue siendo positivo. Al menos eso se desprende de los últimos
datos oficiales publicados, correspondientes al tercer trimestre de
2011. En esos tres meses vinieron al mundo en Jaén 1.465 chiquillos,
mientras que se registraron 1.382 defunciones. La 'sangría' poblacional
no viene, en consecuencia, por este flanco, aunque las proyecciones
demográficas que realiza el Instituto de Estadística de Andalucía
adelantan que en 2013 'se dará la vuelta a la tortilla'. Otro motivo más
de preocupación.
Emigración
La clave está en la emigración. Los números aportados por
el INE son inquietantes. Entre enero y septiembre se fueron 9.058
personas de Jaén a otros puntos de España, a los que habría que agregar
los 2.692 que pusieron rumbo a otros países. En total, 11.750 en los
primeros nueve meses. Esto significa que de continuar a este ritmo hasta
finales de 2012, nos iríamos por encima de los 15.600. Un número muy
superior a los 7.914 que recibiríamos en función de estos cálculos.
Y es que el contexto económico y social de Jaén en estos
instantes no invita al optimismo. Este lunes, precisamente, Analistas
Económicos de Andalucía presentaba su informe 'Perspectivas económicas
de Andalucía, otoño de 2012'. Entre las conclusiones territoriales, que
la actividad productiva se ha contraído un 2,3 por ciento en Jaén en
tasa interanual, mientras que en el conjunto de la comunidad autónoma
andaluza la involución ha sido del -1,1 por ciento. Otra señal más de
que la crisis está siendo especialmente virulenta en Jaén.
Las expectativas son poco halagüeñas porque ahora no hay
ningún sector con gasolina para tirar del carro. Ni tan siquiera la
agricultura. A expensas de que se conozca el aforo oleícola, todo apunta
a que la producción será un 70 por ciento más baja que la última
cosecha debido a la falta de precipitaciones y al estrés hídrico de las
plantaciones. En las comarcas donde predomina el secano se habla de
reducciones incluso superiores, del 80 por ciento. Los daños colaterales
serán cuantiosos. Por mucho que suban los precios, posiblemente faltará
aceite para vender -UPA ya ha advertido de que habrá un déficit de
100.000 toneladas-. Los ingresos de los agricultores se podrían reducir a
la mitad. También tendrá una incidencia desfavorable sobre el mercado
laboral, pues se ofertarán muchos menos jornales.
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