Sabemos
que hay alternativas, que se pueden hacer otras
cosas
distintas a las que proponen la patronal, los banqueros,
los
directivos de los bancos centrales y los políticos que comparten
con
ellos la ideología neoliberal.
Lo
sabemos sencillamente porque leemos, porque no recurrimos
sólo
a las investigaciones de quienes se dedican a reforzar
el
pensamiento dominante sin tener en cuenta los trabajos
científicos
que demuestran lo contrario. Por eso sabemos que se
puede
crear empleo impulsando la actividad económica y no
frenándola,
como quieren hacer los neoliberales. Por eso sabemos
que
para hacer frente a la deuda pública es mejor proporcionar
a
los países capacidad para generar ingresos propios y no
quitársela
porque entonces lo que se producirá será más deuda,
como
ha pasado siempre y como va a ocurrir en Europa con las
medidas
neoliberales que se están aplicando.
Nosotros
sabemos que hay alternativas, es decir, que se pueden
hacer
otro tipo de políticas simplemente porque eso es lo
que
demuestra la literatura científica, por mucho que se quiera
ocultar
por parte de los neoliberales.
Y
sabemos también que otras medidas pueden
ser
más exitosas que las que proponen los neoliberales, en
primer
lugar porque el éxito de
estas últimas es evidente si tenemos
en
cuenta la crisis a la que nos ha llevado su aplicación en
los
últimos años, o el tremendo nivel de insatisfacción que hay
en
España, donde nada menos que el 78 por ciento de la población
no
está de acuerdo con las políticas de austeridad; en la
Unión
Europea, donde el 68 por ciento de la población no está
satisfecha
con la manera como se está construyendo esta institución,
y
muestra también desacuerdo con las políticas que se
están
llevando a cabo; y en el mundo, donde el 50 por ciento de
los
trabajadores gana menos de 2 dólares y no tiene ningún tipo
de
contrato ni de protección social, en donde hay 1.100 millones
de
hambrientos y casi 2.000 millones en situación de extrema
pobreza.
Y
en segundo lugar porque es fácil comprobar que las propuestas
que
hacen los neoliberales no responden a verdades
científicas
o evidencias empíricas sino a creencias puramente
ideológicas
que, en muchas ocasiones, incluso chocan, como
veremos,
con el sentido común más elemental.
Si
fuera verdad que las medidas neoliberales consiguen realmente
lo
que dicen que van a conseguir, se permitiría su discusión
abierta
y plural porque sus defensores podrían demostrar
de
forma fehaciente que bajar salarios o reducir el gasto social
aumenta
el empleo, o que privatizar las pensiones o los servicios
públicos
aumenta su cobertura y calidad, como dicen.
Lo
que hacen, sin embargo, es imponerlas sin respetar las
preferencias
sociales, sin que haya un auténtico debate
democrático
sobre ellas. Evitan el debate y las imponen como si
fueran
directrices técnicas inapelables porque saben que no es
cierto
lo que mantienen, que nada de lo que afirman se puede
demostrar.
La realidad muestra sin ningún tipo de dudas que
cuando
se han aplicado las medidas que ahora nos están proponiendo.
siempre
ha bajado la calidad de vida, del trabajo y la
cantidad
de empleo existente y que sólo han mejorado los beneficios
de
los banqueros y de las grandes empresas.
Del texto, Vicenç Navarro, Juan Torres López
y Alberto Garzón Espinosa, 2011
Del texto, Vicenç Navarro, Juan Torres López
y Alberto Garzón Espinosa, 2011
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